domingo, 10 de abril de 2016

Nunca te irás.

Estaba en llanto total cuando el me tomó de la mano. Habíamos sido inseparables.

- Andrea no llores - me dijo el tan tranquilamente como si mis lagrimas pudieran ser controladas.
- ¿Cómo me pides eso? Te vas Rodrigo. Me parte el corazón saber que ya no estarás más aquí - le dije como pude, entre sollozos y moqueos.
- Tal vez no, pero trataré de venir a visitarte de vez en cuando. Quiero ver tu cara cuando por fin publiquen tu libro - 
- No digas cosas que me hagan sentir peor. Simplemente dime que todo va a estar bien y que no te irás -
- Es inevitable, pero las cosas estarán mucho mejor ya verás. Sé que tú tienes algo muy grande por delante - me dijo con gran ilusión, mientras empuñaba mis manos dentro de las suyas.
- No me hagas esto, creo que me será tan dificil todo: las tardes completas en que te leía cada página de mis historias, cuando patinamos a toda velocidad sobre la calle del tamarindo pendiente abajo, cuando me cubrías con mama las escapadas a casa de Joel. Creo que ya no encontraré a alguien como tú -
- No lo harás. Habrá mejores y peores, claro, pero recuerda: no te vayas por lo que no te dan, quédate por lo que das, quédate hasta al final, cuando el final signifique que has sanado y sólo entonces sabrás que nunca te irás del todo -

De pronto sentí que me agitaban, y antes del despabilarme sobre aquel raro sueño, Rodrigo estaba siendo reanimado.

En un parpadeo me encontraba afuera del cuarto de hospital donde agonizaba mi alma gemela, mi mejor amigo Rodrigo; y viendo todo a través del cristal sólo pude entender de los labios del doctor: hora de muerte 2:10 A.M.

viernes, 1 de abril de 2016

Perderse.

Entre carretera y carretera, pláticas del clima, del trabajo y otras temáticas más; tienes unos delirantes momentos para ti, o mejor dicho, para tu vida mientras ves pasar las nubes y los paisajes árido-verdosos.

¿Qué carajos pasa?

Hace quince días me di cuenta de que a quien le he donado la paciencia universal, simplemente ella no la podía aplicar conmigo, ni intentarlo y mejor me aparté por un tiempo. También me percaté de que no me importó expresar mi auténtico ser iracundo en el trabajo, también me di cuenta de que la familia es irremplazable, me di cuenta de que la sinceridad conmigo misma a veces es demasiado crítica, me di cuenta de que estoy en un momento en el que quiero perderme casi de todo, me di cuenta de que necesito leer, me di cuenta de que he estado apreciando los amaneceres y anocheceres como pocas veces en mi vida, me di cuenta de que extraño estar enamorada de alguien más a mi, me di cuenta de que somos un maravilloso complejo.

Y sin darme cuenta me había quedado dormida, escuchando "desde la raíz" de Natalia lafourcade, la cual recomiendo.

Muy hermosa noche.