lunes, 17 de abril de 2017

Una soledad, para compartir...

Mi percepción de las personas de Mexicali y Tijuana? Para empezar, les admito que son muy amables, pero definitivamente hay una diferencia abismal entre amabilidad y calidez (espero no herir suceptibilidades por generalizar).

Aunque me preguntan si no quiero pedir algo de comer, si estoy bien, cada quien maneja su vida independiente incluso entre ellos.

Extraño mi calidez sureña, o la que se da entre foráneos, si, ya sabes: ¿eres nueva? que planes este fin? vamos a ir a tal lugar, quieres venir?... si, eso aquí no se da, y no lo digo solo por mis actuales compañeros de trabajo, me he percatado que así es aquí: No hay demasiada apertura a personas nuevas.

Recuerdo como fue cuando estaba en Puebla, hice amigos rápido, éramos foráneos todos y los que compartían depa o tenían casa en algún pueblo del mismo estado, nos invitábamos el fin de semana, o cosas así.

Me siento ajena a este lugar, pero acompañada, aunque tampoco es algo que me entristezca, tal vez por que se que esto es momentáneo y mi lugar definitivo son Los Cabos.


Estoy emocionada, saber que pronto tendré un espacio para mí, en el que yo sabré si ando desnuda por todo el departamento o no, si me levanto los domingos o no, revivir mi soledad que tanto amo.


Vivir nuevas experiencias, nuevas personas. Gracias vida!!!

lunes, 3 de abril de 2017

El proceso inicial

Mañana es el gran día.

Viajó a Mexicali y estoy desbordada en llanto. 28 años de mi vida tiene que ser reducida a 35 kg. No es ni proporcional.

Veo a mi alrededor y todo son recuerdos, mi hermana ayudandome a ponerme las pestañas para una boda, o diciéndome "si hombre eso se te ve bien"; mi mamá diciéndome que se me hace tarde y que me dejo la comida de mi lunch en el refri, que no se me olvide; mi lita abrazándome porque ya me voy a trabajar; mi papá diciéndome "otra vez te van a descontar Porfiria 3, ¿ya llevas todo?"; mi hermano diciendo que se va con nosotros.

Pensar en las comidas del domingo donde platicamos la semana, cuando nos ponemos todos en la sala para ver una película en la que probablemente mi mama se quede dormida a la mitad.

Es tan difícil despedirme de mis mascotas, saber que cuando llegue en mi nuevo lugar, ya no estarán para recibirme alegres.

Está es la parte difícil de estar en una familia unida, única y feliz: decir que nos vemos pronto.

Aún no quiero dormir.