lunes, 24 de septiembre de 2018

Y si yo te dijera...

Y SI ESCRIBIERA para ti día a día,
si mis letras tuvieran UNA PARTE DE TI,
si mi inspiración fueran TUS OJOS,
si mis pausas fueran TUS BESOS.

Y si te regalara UNA SONRISA cada día,
si el motivo fueras ,
si LOS SILENCIOS fueran por que te miro,
si LA COMPLICIDAD fuera solo nuestra,

Y si te diera de MI ILUSIÓN,
si fuera PORQUE TE VEO,
si se completara CON SUSPIROS tuyos,
si fuera único por suspiros MÍOS.

Y SI YO TE DIJERA que todo va rápido para mí,
si te compartiera EL MIEDO QUE TENGO,
si te dijera que estoy lastimada DEL PASADO,
si te dijera todo esto, AÚN ASÍ:

¿TE QUEDARÍAS?

miércoles, 12 de septiembre de 2018

El tercer piso...

Lo vi tan lejano, y ahora que estoy aquí empezando a curiosear, fisgoneando por aquí y por allá, me doy cuenta de que hay una fiesta estruendosa en el piso de abajo, pero me da flojera bajar para volver a subir, me interesa descubrir que hay en este piso.

Tal vez suene loco, pero enérgicamente, septiembre es un mes de cierre de ciclos y reinvenciones, no es porque yo haya nacido un 11 de septiembre hace 30 años, los que me conocen saben que me gusta el esoterismo y todo eso, y de acuerdo a como se dieron las circunstancias cósmicas este mes, muchos vamos a cerrar tanto pasado que nuestra vida dará cambios trascendentales, y los virgo mayormente.

Dicho esto, las dos últimas semanas pasaron muchas cosas, que no veía venir, que sucedieron y que me movieron el alma.

Una semana después de regresar de mi capacitación me enferme de las vías urinarias, y en consecuencia otras cosas, a parte de que me agarro una tos del diablo, pues me harte: me sentía en una vida insalubre, sedentaria, sentía que me veía sin brillo, y aunque ya lo había expresado en una entrada anterior, ya el como me sentía desde el corazón y mente, estaba afectando mi cuerpo, desde reacciones alérgicas que no había tenido antes, deshidratación en mi piel, lonja, mis amadas vías urinarias (no sabía que las amaba tanto hasta que me dijeron "atiéndenos! aquí estamos!"), mis pulmones, mi vista, mi espalda, mis rodillas, todo... me harte!.

No pude más.

Llevo dos semanas desde entonces bebiendo el agua que debo beber, al principio me molestaba andar con mi botellita de agua todo el tiempo en la mano, pero ya me acostumbre, es raro pero me siento como aquella vez en la que baje mucho de peso, no tengo ansiedad por comer dulce, lo pruebo y no es que no me guste, sería estúpido decirlo porque me encanta, pero sólo lo degusto y con eso me siento satisfecha, y lo que nunca, disfruto levantarme para hacer un poco de ejercicio ya que he perdido la antigua condición y me cuesta trabajo hacer más de media hora, el lunes fui a una clase crossfit que anteriormente ya había probado y me había molido todo el cuerpo sin poder caminar una semana, pero esta clase la disfrute tanto que muero por regresar el lunes con mi dinerito en mano para entrar a la mensualidad.

Descubrí que la persona con quien había estado "acompañada" por 9 meses (irónicamente el día de mi cumple se cumplían, y fue cuando sólo recibí un mensaje de felicitación), no es definitivamente algo que quiera en mi vida, me enfermé en esa "pseudorelación", a un grado que desconocía de mi, y no es coincidencia que en mi cumpleaños a 9 meses en lugar de entristecerme pensara "quiero ser feliz, no quiero esto"... les mentiría si le dijera que de repente no me duele, pero la mayor parte del tiempo quiero ya sentirme libre, como siempre lo he sido.

Ayer, entre mensajes, los que siempre me han conocido me decían que no dudaban en que disfrutaría mi cumple, que me la pasaría rodeada de gente, que no dejaría de reír y carcajear como siempre había sido yo... no sólo yo tenía esa percepción de mi misma al parecer.

Lo cierto es que mis 30 los recibí de la forma más reflexiva, el lunes en la noche llegando del crossfit limpie mi casa, saque cosas del refri, barrí, sacudí, lave trastes, lave mis calzones, arregle todo, trapee, y a las 12 de la noche apague las luces, prendí las velas que tengo en el baño y ps me bañe, me exfolie, así inicie mi 11 de septiembre, termine de bañarme, me di masajes en los pies con aceititos, todo eso con música que me gustaba en mis años de puber, me acosté y empece a dar gracias por lo que si tenía, empezaron los mensajes y aunque la mayoría los conteste al día siguiente, la mayoría eran de personas que yo sabía que si me querían mucho y que yo también quería mucho, personas a las que en su momento pude haberles fallado por distanciarme, pero ahí estaban, deseándome lo mejor del mundo en esta nueva etapa, muchos publicaron en facebook y otros solo por mensaje o whatsapp, ¿porque pensé que estaba sola? ¿porque me aislé estos últimos meses?... lo necesitaba tal vez, sea la razón que sea, mi hermano me hizo saber que me admiraba por el valor de venirme sola, que lo inspiraba a querer ser mejor porque nunca me quedado estancada y siempre quiero más, eso me movió tanto, ya que si les dijera como es de simple mi hermano y cero expresivo con palabras, me dijo algo que nunca pensé que fuera así, en fin, durante el día los chicos me llenaron el escritorio y el piso de globos, me compraron un pastel de su parte, mi familia me mando un enorme arreglo de girasoles, con el que lloré de la emoción. Y a la salida me confesé con una persona que apareció de pronto, sobre el como me sentía, empatizó conmigo, me dio ánimos, y me dispuse a beber una botella de vino tranquilamente para poder bañarme y dormir.




No puedo permitirme regresar a aquella chica adolescente con miedo a la aventura, a conocer gente, a ser juzgada, a sentirse insegura, pasé por tanto para estar donde estoy, para entender que lo bueno y malo es subjetivo, que reflejamos lo que sentimos por dentro y que atraemos lo que somos.

En este nuevo año, acepto y agradezco, lo que he pasado, a las personas, las situaciones, y suelto el daño, perdono todo lo que fue y todo lo que soy.

Gracias vida, que esto apenas empieza.