Hola de nuevo, a mis dos lectores.
Después de tanto tiempo, en el que sinceramente no he sabido que escribir porque sinceramente han sido días de "¿?" y puro estado bulto: acostada mirando al techo, pensando sin pensar, llorando sin llorar, riendo sin reir.
Están por acabar algunos hábitos y/o ciclos de mi vida.
Los cierres son dolorosos la mayoría de las veces, difíciles, y les rindo homenaje cada vez que siento su proximidad... ¿cómo que porqué?... pues porque probablemente no vuelvan, y si vuelven traerán una nueva enseñanza, diferente, controversial y sobre una nueva versión de mi, porque me dejaron algo.
No soy una persona drástica.
Mi homenaje y el cierre de hábitos/ciclos ya no funcionales en mi vida, van cayendo poco a poco, no soy de las que de un chingadazo cambia todo, no porque no pueda, si no, porque me permito de alguna forma retorcida (muy retorcida), recordarme porque necesito cambiarlos, que tanto daño han hecho sobre mi (físico, emocional, espiritual, etc.), abrazarlos fuerte fuerte, sentir el dolor mas intenso, llorar y por fin, soltarlos.
Lo cierto es que venirme a este pueblo, me ha marcado desde el principio: jamás nada fue como imagine, ni un poquitin.
De ser una persona que viaja, un poco extrema, intensa, de huevos, enérgica, amante de mi vida, risueña, perspicaz, pasé a una zona gris en la que me había prometido hace muchos años no volver.
Me veo al espejo y no me reconozco.
Creo que eso es lo que más shock me da, el verme y decirme en voz alta: si romina esa eres tu, pero en donde estás en realidad?, diciéndolo en todos los aspectos, tantos físicos, como emocionales, psicológicos y espirituales. Me pesé, y jamás había pesado en toooooda mi vida, lo que peso ahora...y recordándolo pienso que neta esto está demasiado muy viajado, incluso para mi.
No puedo culpar al lugar, incluso creo que probablemente esto venga de mas atrás, pero no quise pensar en ello, y por mas que intento ver con buenos ojos este lugar, me gana siempre el: pinche pueblo cucho!!!!; es irónico, todos los que saben que estoy en Los Cabos, piensan que muero de felicidad por vivir en "un paraíso", pero yo no lo veo así, y se que esa percepción viene de más adentro.
Cerrar ciclos y hábitos no es fácil, pero siempre valdrá la pena lo que viene después.
