"Hubiese sido todo".
Pensé mientras caminaba por la playa.
Se notaba en serio que eran
vacaciones de verano: por la noche no estaba exenta de turistas. El
sonido de las olas aplacaba el ruido de las pláticas y solo dejaba
espacio a las carcajadas de los niños corriendo por encima de la brisa.
-Te he extrañado, te he
odiado y amado como nunca, yo hubiese sido todo. Aquello que
necesitabas, que soñabas, que incluso no sabias que existía, yo lo
tenía. Yo hubiese sido todo pero preferiste dejarme ir-
-¿No crees que eso es ego?-
-En lugar de señalarme, pregúntame porque lo pienso. Vamos, no es difícil-
- Ok. ¿Porqué crees eso?-
-
Porque me amas, te amo y el amor nos llena el alma y el alma nos mueve
para que todo sea todo. Tu hubieras sido mi todo, pero te creíste poco-
-Lo
que pasa es que eres una romántica sin remedio, una loca que anda por
la vida creyendo que el amor mueve cada célula, cada átomo, cada
espacio, el infinito. Es absurdo-
-Mi locura te enamoró ¿o ya no lo
recuerdas?. Era un día soleado en la playa, y mi sombrero cayó sobre tus
pies, lo tomaste y me preguntaste mi nombre. Yo solo te besé y te
mostré la playa agarrados de la mano, después te confesé que yo había
arrojado el sombrero en tus pies y corrí. El amor es eso, todas las
locuras que estamos dispuestos a hacer antes, durante y hasta el límite
de su existencia. Eso es todo.-
-No María, no lo es todo, tenemos que
comer, que trabajar para comer, para tener donde vivir y así ir cada
día hasta ir cumpliendo metas-
-Me excita que me digas María-
-¡Ya ves! estás loca-
-Tal
vez. Hoy estoy loca por estar aquí, viéndote, amándote, deseándote y
eso me hace inmensamente feliz, aunque me quieras dejar partir-
-Necesito tiempo, jamás he dicho que quiero dejarte ir-
-¿Sabes que es un segundo en este amor entre los dos?-
-¿Qué es según tú?-
-Según
mi corazón, un segundo en este amor es el tiempo perdido que no
vivimos, porque cuando lo vivimos juntos simplemente no lo cuento. Me
dejas ir porque me pides muchos segundos perdidos, cada segundo es un
punto suspensivo agregado al abismo del silencio entre los dos-
-No
puedo creer que me estés hablando así a pesar de lo que te estoy
pidiendo. ¡Por Dios María! ¡Estoy hablando en serio! ¡Dame una respuesta
normal!-
-Tu manejas tu tiempo, yo el mío, no me pidas nada que no
me pertenece. Vive y haz lo que tengas que hacer, yo estaré bien. Deja
la culpa de lado. ¿Satisfecho?-
-Si, gracias. Lo siento-
-Bueno, te dejo con tu tiempo, me voy con el mío. Se feliz hasta que nos volvamos a encontrar. Hasta este momento te amo-
-¿Como que hasta este momento? ¿Después ya no me amaras? ¿Quieres que terminemos? ¡No María, por favor!-
-Eres demasiado complicado, deberías ser un niño mas grande y tomar o dejar ir las cosas. Nos vemos-
Me paré antes de que
pudiese agarrar mi mano y camine tan rápido como pude. Escuche un ultimo
"¡no te vayas por favor!" de su parte, pero algo es cierto: quien en
realidad no quiere que te vayas, no te suelta de la mano.
O al menos eso creo.
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