martes, 16 de abril de 2019

Después del viaje...

De la entrada anterior sólo puedo decir que falta otra parte, pero la verdad es que ya me había cansado de escribirla aunque lo tengo como pendiente próximamente.

Desde entonces mi vida a cambiado, ese curso de angeloterapia que pensaba iniciar desde el año pero del que tenía duda y miedo lo empecé la semana pasada, llevo dos clases y sinceramente podría decirles muchas cosas al respecto justificando mi decisión o calmar mi extensa necesidad de lo racional y la lógica, pero este blog es para mí y creo que al final no tengo nada que justificar, sólo tengo que escribir lo que llevo dentro.

Plenitud.

Es como haber encontrado un lugar en el que encajo perfecto y por primera vez no me refiero a las personas, y no me refiero a que antes anduviera totalmente errada, perdida o que no hubiese encajado, si no, que de alguna forma habia un pedazo que salía sobrando que me hacía sentir limitada.

Libertad.

Podrán imaginarse a mi certificadora media hippie siempre vestida de blanco y que incluso voy a empezar a ser así jajajajajaja pero no, nada que ver, todo tan común, en una casa tan común, con papeles tan comunes, lo único es el tema.

Hemos empezado con parte de mi experiencia de la entrada anterior, y se han aclarado muchas cosas desde entonces de todo lo que viví, circunstacias pasadas, y bueno, lo teórico aunado a la cuestión científica, porque sí, como todo en la vida y en el universo, todo es lo mismo sólo que con diferentes nombres.

Tengo tarea, medito todos los días, me siento muy muy tranquila y en paz, claro considerando siempre mi humanidad maravillosamente intensa.

Los veo en la siguiente chavos, sean beri japi chinga'o!


1 comentario:

Coŋejo pestilente dijo...

Tsss muy zen marica comadre qué bonito todo, pero honestamente yo no puedo con tanta paz y quietud, AMO estar haciendo ejercicio, quiero volver a entrenar lucha libre, necesito estar activado, no sé por qué no me puedo estar en paz.