lunes, 3 de abril de 2017

El proceso inicial

Mañana es el gran día.

Viajó a Mexicali y estoy desbordada en llanto. 28 años de mi vida tiene que ser reducida a 35 kg. No es ni proporcional.

Veo a mi alrededor y todo son recuerdos, mi hermana ayudandome a ponerme las pestañas para una boda, o diciéndome "si hombre eso se te ve bien"; mi mamá diciéndome que se me hace tarde y que me dejo la comida de mi lunch en el refri, que no se me olvide; mi lita abrazándome porque ya me voy a trabajar; mi papá diciéndome "otra vez te van a descontar Porfiria 3, ¿ya llevas todo?"; mi hermano diciendo que se va con nosotros.

Pensar en las comidas del domingo donde platicamos la semana, cuando nos ponemos todos en la sala para ver una película en la que probablemente mi mama se quede dormida a la mitad.

Es tan difícil despedirme de mis mascotas, saber que cuando llegue en mi nuevo lugar, ya no estarán para recibirme alegres.

Está es la parte difícil de estar en una familia unida, única y feliz: decir que nos vemos pronto.

Aún no quiero dormir.

No hay comentarios: