lunes, 15 de junio de 2015

Los que cuentan historias.

En un café con una de mis mejores amigas, mi OP, tocamos bastante temas, como siempre, desde el coqueteo con el chico del otro lado de la barra que por fin me hizo ojitos (me gusta caray), hasta lo que implica mi antiguo título de blog.

Antes: "Terapia en proceso"

Inicié este blog en un momento álgido de mi vida en el que me encontraba muy a gusto con cada cosa que sucedía a mi alrededor, lo empecé por mi iniciación en terapias de programación neuro-lingüística, que terminaron con un taller (cabe mencionar que he tenido unas ganas enormes de regresar), y así pasó el tiempo, hasta que caí en un vórtice de emociones "negativas", y lo pongo entre comillas porque una de mis teorías es que sólo necesitamos reflexionar las emociones y al convertirlas en sentimientos, podemos trabajar sobre eso para ir averiguando que está pasando en nuestro interior, de ahí partimos para salir del fondo.

Sinceramente ahora estoy en un proceso de re-encaminamiento.

Para ella, su blog no sigue una dirección específica, centra su blog en las variedades de emociones, situaciones, pensamientos y acontecimientos que se le presenten, lo cual me parece genial, pero yo tengo una necesidad invaluable de titular mi blog cada vez que mi Ello me empuja a saciar esa necesidad de vincular mis emociones con lo que escribo, a darle un "sentido" y un objetivo a este mi contradictorio y puñetero blog.

Hablamos también de las etiquetas.

Me encantó la historia que me platicó sobre un "no me gustan las etiquetas, no somos novios" (si lees ésto OP, lo recuerdo y una sonrisita inunda mis labios, ¿como nos gusta complicarnos verdad?). 

Creo firmemente en las etiquetas, pero para mi son sólo definiciones; son adjetivos, subjetivo, límites, no límites, reglas por romper, para mi son un universo; lo único que varía es el contexto al que hace referencia de quien escribe/dice y quien las lee/escucha.

La historia contada es que un chico no quiere acordar con una chica ser novios, porque implica una etiqueta social, pero quiere que la relación se base en la fidelidad, mensajes matutinos de buenos días, evitar ausencias prolongadas de dos días, detallitos con corazones, que se digan que se quieren, que se extrañan y que todo el mundo sepa que tienen una relación seria, y sinceramente "relación seria" implica una etiqueta también, lo cual se me hace muy, muy, muuuuy gracioso jajajajaja. No pude evitar pensar: "lo que él busca básicamente es una relación novio-novia", pero bueno, el ser humano siempre quiere complicarse la existencia y más aún con la actual anarquía de las "etiquetas sociales", como alguna vez dijo la sexóloga Anabel Ochoa "al pene, pene y a la vagina, vagina", las etiquetas son sólo definiciones, sin las definiciones no habría que escribir, que hablar, simplemente no existiría forma de lograr de describir lo que sentimos, lo que vemos, lo que olemos, lo que escuchamos y lo que saboreamos.

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#siempreda
#miesperanzacrece

1 comentario:

Miss Haner dijo...

El último parráfo estuvo genial, y me gustará decirle a mi amiga que leyera esto pero probablemente se molestaría. En fin.
Yo también tuve mi lapso anti-etiquetas pero creo que, por muy choteadas o tradicionales que éstas sean, nos ayudan a definir lo que queremos, al final como tu mencionas, son solo palabras y la definición que nosotras queramos darle es la que cuenta. Muy buena entrada! jajaja o quizás solo porque me nombras! :P jajajaja ntc.