lunes, 15 de enero de 2018

Y tu no me quieres para marido...

Cuando me dijo eso por mi mente pasaron tres preguntas:

1. ¿Entonces no quieres que YO quiera algo serio contigo?
2. ¿O simplemente eso es lo que crees o porqué lo aseguras?
3. ¿En qué momento decido yo cuando quiero a alguien en serio para estar en mi vida?

Opté por no expresarlas, y después me vinieron los momentos de la primera vez que nos vimos en plan de ligue, lo que nos dijimos, lo que hicimos, el como nos percibimos: lo que las personas somos y decimos en esos momentos a veces cambian un poco.

¿Qué cambió?, incluso de unos días para acá, ¿que cambió?. Ni puta idea.

Soy de la idea de aventurarme siempre a vivir algo, quedarme con cero "hubiera" en mi lista de cosas por hacer, intentar y quedarme satisfecha con lo que sea que se pueda vivir o no.

El corazón se repone, siempre.

Y el mío es lo suficientemente fuerte para dejar ir cuando se le pida, o cuando sea necesario para empezar a sanar una vez más, frío, ilusionado o enamorado; a chingadazos se ha domesticado y es maravilloso: no tengo una expectativa de lo que algo "debe ser", sólo de lo que me hace sentir cómoda y feliz mientras lo vivo.

Tengo una lista.

Todos tenemos una lista (o al menos eso creo) de lo que queremos o creemos que necesitamos en un compañero de juerga, de sentimientos, de vida, de amistad...y muchos etc.; pero algo que he aprendido es que a veces la vida te manda lo que de verdad necesitas en el momento: para aprender, para vivir. Esto no evita ignorar la lista (el/la de la lista llegará cuando tenga que llegar si es que tiene que llegar, estés donde estés y como estés), simplemente es darte la oportunidad de conocer algo que puede cambiar tus ideas, tus expectativas, tus necesidades, tu crecimiento personal. 

Siempre hay un fin.

Todo termina, siempre, en algún momento, pero nunca sabremos cuando, ni siquiera tenemos una puta noción de una fecha o lapso, algunas situaciones-relaciones duran instantes, días, semanas, años o dura hasta el final de sus días (incluso eso también termina), y como bien lo dice uno de mis amigos más pirujos y sabios: lo importante y lo satisfactorio es el proceso, lo que se vive ahora.

Mis padres por ejemplo, juntos al día de hoy; jamás pensaron en un inicio que estarían juntos tantos años, y aunque ahora no se ven lejos el uno del otro, disfrutan día a día del proceso: se aman, planean, se enojan, se reconcilian, se agradecen; viven lo que tienen hoy pero están conscientes que entre más edad tienen, que llegará un final, un fin accidentado tal vez, pero un final.

Pensar continuamente en que algo va a terminar (como protección y miedo), repetirlo continuamente como un muro que se levanta a nuestro alrededor, nos evita ver el momento, a la persona que tenemos en frente, lo que nos aporta, lo que damos, lo bonito y lo no bonito: estamos cerrados, no crecemos, no evolucionamos, NO NOS SORPRENDEMOS, NO LO DISFRUTAMOS.

No sé que cambió, y no sé cuanto durará, pero hasta hoy me ha enseñado mucho:
- Un lado en mi que no conocía (los dejo con esa interrogante).
- Experimentar el poder pleno de mis decisiones en algo "sin nombre" (mi amado cinismo).
- Retomar aspectos de seguridad.
- Querer ver un poco más allá de lo que busco.
- Conocer y entender otra forma de ver la vida.
- Sorprenderme con lo diferente que fue a lo que percibí aquella primera vez.

La vida es maravillosa, por ponerme personas que me enseñan a cada instante, incluso usted joven.

Que si lo quiero o no para algo serio? pues no lo sé, a ratos si a ratos no, según mi lista diría que no, según mi guía de vida sería: sólo vívelo, el tiempo y la vida te guiará para que en algún momento puedas responderlo o a lo mejor nunca logres responderlo.

2 comentarios:

Miss Haner dijo...

Me gustó mucho tu entrada OP, te doy la razón, te voy a convertir en mi gurú! Jajajajaja Te amo, ya lo sabes.

iR. dijo...

A mi también me gusto mucho, es una entrada de auto-total sinceridad.